Meditación y concentración.
Ingredientes:
Flores secas de lavanda, Sándalo en polvo. Incienso, Aceite orgánico de lavanda, Vainilla planifolia en polvo, Aceite de Sándalo.
Precio: 10 Libras
Cantidad: 20 gr.
Soy algo así como una adicta a quemar barritas de incienso, y por eso este incienso me llamó la atención.
Lo compré atraída por la lavanda y me llevé una sorpresa: ¡Realmente huele a lavanda!
Es habitual comprar cosas que dicen oler a lavanda, a vainilla o a melón y que huela a todo menos a eso, y lo mejor de todo es cuando compras dos cosas similares que dicen oler a lo mismo y ni se parece siquiera el olor entre ellas... (velas, por ejemplo, o perfumes, o postres...). Bueno pues, éste incienso huele a lavanda y además lleva las flores de la lavanda, que es exactamente lo que quemas.
El incienso en sí viene en un sobrecito de papel metido en una cajita de cartón.
Para quemarlo hay que buscar un cacharrito de cerámica chiquitín, o un platito, o algo que puedas llenar con un poco de ceniza (y esto es casi imprescindible ya que se pone al rojo vivo y puede quemarte el mueble, la estantería o donde lo pongas).
Pones un puñadito pequeño (una cucharadita de café, por ejemplo) y le metes fuego, siempre estando pendiente de ello, no deja de ser que se queda incandescente y puede provocar un accidente si lo dejas en mal sitio o desatendido.
Hace muchísimo humo y se consume bastante deprisa, que es lo malo que tiene.
Además, cuando lo estás quemando huele a rasrojos quemados, a porro o a algo así, pero cuando te acostumbras al olor se hace agradable.
Las primeras veces de quemarlo sentía como mucha paz, es un olor que tranquiliza mucho (bueno, la lavanda es relajante, ¿no? :) ).
En resumen: olor agradable antes de quemar pero a rastrojos cuando lo quemas, mucho humo y poca duración. Un aroma que relaja.
Sin duda lo compraré de nuevo cuando se termine.
Besitooos!! ;)
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